Rumbo a Canadá: Aventuras, Sorpresas y Nuevos Comienzos
- Carlos Medina
- 16 nov 2023
- 4 Min. de lectura
¡Hola, hola, hola... Amaichiin People, mis ciudadanos del mundo! ¿Cómo están? Sean bienvenidos una vez más a Carlos Spanish Vibes.
El día de hoy, continuaremos nuestra travesía explorando mi llegada a Canadá, nuestro destino final. Una aventura que sigue sorprendiéndome cada día desde mi experiencia personal. Pero antes de sumergirnos en este nuevo episodio, echemos un vistazo a un pequeño recordatorio del último artículo.
Después de terminar mis estudios en San Cristóbal, Venezuela, regresé a casa en lecherías en busca de trabajo y estabilidad. Ante la difícil situación del país, consideré migrar a Sudáfrica, pero el miedo me hizo cancelar el viaje a último minuto. Con el tiempo, la crisis en Venezuela empeoró, y la decisión de migrar se volvió inevitable. Encabezando la familia, dejamos el país en busca de un futuro mejor. Este capítulo marca el inicio de una nueva vida, un escape que no imaginaba años atrás. La definición de migración cobra vida en esta aventura de crecimiento, aprendizaje y decisiones que cambian vidas, llegando finalmente a Canadá.
Giro Imprevisto: ¡La Aventura de Migrar de Nuevo!
En aquel momento, jamás imaginamos que volveríamos a migrar, tanto mi hermana como yo. Pero eso es una historia que les contaré en próximos blogs, porque hoy nos enfocaremos en un capítulo muy especial: mi llegada a Canadá. Es curioso regresar y leer estos episodios escritos hace unos años, ahora que ya he migrado a México.
¿Mi llegada a Canadá – Destino Final?, Nuevos Comienzos
CANADA OH¡! CANADA¡!
Un día frío y nublado de primavera y sin la protección necesaria, solo un ligero abrigo, un morral y muchas esperanzas fue nuestra llegada a la ciudad de Montreal, mi mamá, mi hermana y yo. Allí comenzó nuestra aventura canadiense, desde ese día y hasta ahora no dejo de sorprenderme lo maravilloso que es Canadá y la belleza de mi ciudad Montreal, la cual no cambiaría por nada en el mundo solía decir. Veo la evolución de mi familia, la veo crecer y cada vez más unida y fuerte. Cada día agradezco las oportunidades que se nos ofrecieron.
Al principio, la travesía fue desafiante mientras nos adaptábamos al frío, al nuevo idioma y a una ciudad que no es fácil. Sin embargo, la emoción y la novedad nos mantenían alerta y ocupados. Los primeros meses pasaron volando entre trámites interminables, papeleo, gestiones bancarias, inscripciones escolares y la búsqueda de un lugar que finalmente llamamos hogar. Empezar de nuevo conlleva dejar atrás, una amalgama de sentimientos encontrados, nostalgia y el deseo constante de superarse se entrelazan con dudas y esfuerzo continuo, pero siempre avanzando.

La adaptación se fue gestando gradualmente. Encontré diversos trabajos, asistí a clases de francización, construí amistades y, poco a poco, nos convertimos en locales. Este país, esta ciudad, representaban para mí una liberación. Aquí, la diversidad era una constante, y yo, por fin, podía crecer y ser yo mismo. Abrí mis alas y me permití ser visto. Después de tantos años preocupado por la opinión de los demás, finalmente, pude ser yo, divertirme, salir, tener relaciones, amigos; simplemente SER.
Montreal podía ser abrumadora y fácilmente envolverte en el éxtasis de la libertad. Sin cuidado, podías desviarte hacia caminos fáciles para perderse. Gracias a mi educación y valores, logré equilibrar al Carlos que emergía, independiente, auténtico y feliz, con mi esencia y principios. Fueron unos años increíbles de descubrimientos en todos los aspectos: personal, profesional, sentimental y mucho más.
Después de varios meses (2 años para ser exactos) y después de muchos otros más papeles y protocolos, logramos conseguir un permiso especial para mí que mi padre finalmente se reuniera con nosotros aquí en Canadá, prácticamente un regalo de Navidad. Literal, mi papá llegó en plena Navidad después de un poco más de 2 años sin verlo. Esto nos unió y fortaleció como familia. Claro, después de todo este tiempo, el aprender el idioma, el adaptarse, muchas cosas han evolucionado. Tengo dos hermosas sobrinas que son mis princesas, una madre fuerte y decidida para darle lo mejor a sus hijos, una hermana maravillosa y un padre incomparable. Una familia latino canadiense increíble... un perfecto SPANGLISH en armonía total. Seguro les hablaré más de eso en próximos artículos, así como esos primeros años en Montreal, trabajos, anécdotas y mucho más.
Allí tuve la dicha de conocer a mi nueva familia, mis ciudadanos del mundo, mi familia ranchera de tacos y tequilas, mi mejor amigo y hermano Mexicano, mis acogedores y maravillosos Quebecos, los esperanzados Venezolanos que sueñan con una Venezuela libre. Una mezcla de cosas buenas, experiencias y cultura. Eso es Montreal, esa es mi maravillosa ciudad.
El día de hoy ya somos canadienses y si regresamos el tiempo y tendríamos que volverlo a hacer, seguiríamos escogiendo migrar a Canadá una vez más. Que, aunque nos tomó varios meses y muchos desafíos superados, conseguimos reunirnos como familia en Canadá. Una experiencia que nos unió y fortaleció. Pero la vida nos tenía preparada otra sorpresa. Nunca pensamos que, después de establecernos en Canadá, 20 años más tarde para ser exactos, surgiría la oportunidad de emprender una nueva aventura migratoria. ¿México? ¿Cómo llegamos allí? ¡Historias en próximos artículos así que está pendiente para descubrirlo!
Una conclusión evidente de todo esto es que nunca estamos realmente preparados para las situaciones que enfrentamos en la vida. Lo importante es tomarlas con energías positivas, vencer los miedos y apegos para atesorar una mentalidad ganadora. Crecer y aprender, soltando siempre lo malo.
La vida nos presenta nuevos retos y experiencias, y estoy emocionado de compartirlos contigo. No se te olvide dejar un comentario o preguntar lo que quieras que hablemos en próximos artículos.
Bizz Bizz y hasta una próxima historia... ¡Viviendo el mundo en, una aventura a la vez!
Chau chau¡!
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